DANA: Consecuencias psicológicas de una catástrofe

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Las emergencias pueden tener diversas consecuencias psicológicas, y la forma en que cada persona las experimenta depende de su relación con el suceso. Esto incluye a las víctimas directas, familiares, voluntarios, profesionales, e incluso ciudadanos que siguen la noticia a través de los medios de comunicación o redes sociales.

La incertidumbre como principal factor agravante

La incertidumbre es uno de los mayores agravantes en una situación de emergencia. Cuando las personas no saben qué esperar o cómo actuar, la ansiedad y el miedo se incrementan. Esta incertidumbre puede paralizar a las personas, dificultando la gestión de otras emociones y la toma de decisiones.

Reacciones emocionales comunes ante una emergencia

Víctimas directas

Las víctimas pueden estar abrumadas por la falta de información sobre cuándo y cómo recibirán ayuda, o la incertidumbre sobre el estado de sus familiares. Esto puede generar pensamientos catastrofistas, dificultando su recuperación psicológica. Además, aunque reciban información, es posible que no estén en condiciones de comprenderla o seguir instrucciones, lo cual es normal y requiere paciencia y apoyo.

Supervivientes

Los supervivientes pueden experimentar emociones contradictorias, como el alivio de haber salido ilesos, pero también la culpa por no haber podido ayudar a los demás. Estos sentimientos pueden ser desconcertantes y generar malestar emocional.

Familiares de las víctimas

La incertidumbre sobre el bienestar de sus seres queridos puede generar altos niveles de ansiedad, estrés y desesperación. La dificultad para contactar con ellos durante las primeras horas o días aumenta aún más la preocupación.

Voluntarios y profesionales

La presión por actuar rápidamente, la falta de recursos, las condiciones adversas y las expectativas de la población pueden llevar a emociones como la impotencia o frustración. Esto puede generar estrés disfuncional, fatiga por compasión o incluso el síndrome de burnout. Además, algunos voluntarios pueden sentir el «complejo del héroe», sobrecargándose con la responsabilidad de una situación fuera de su control.

Ciudadanos que siguen la noticia

Las personas que no están directamente involucradas en la emergencia pero siguen la noticia pueden experimentar estrés y ansiedad debido a la sobreinformación. La necesidad de mantenerse constantemente conectados y la dificultad para discernir entre información veraz y rumores o bulos puede afectar su bienestar emocional.

Síntomas comunes de las consecuencias psicológicas

Síntomas físicos: Las personas afectadas por una emergencia pueden experimentar un aumento en el ritmo cardíaco, respiratorio y presión sanguínea, náuseas, trastornos digestivos, diarrea, pérdida de apetito, sudores o escalofríos, temblores musculares e insomnio. También pueden presentar síntomas físicos similares a los de las víctimas a través de somatización.

Síntomas conductuales: El aislamiento social, el incremento del consumo de sustancias como alcohol o tabaco, conductas adictivas, hiperactividad, agotamiento y llanto son comunes en aquellos afectados por una emergencia.

Síntomas emocionales: Las personas pueden experimentar tristeza, cambios de humor, apatía, impotencia, vulnerabilidad, irritabilidad, disociación o identificación excesiva con las víctimas. Estas emociones pueden resultar desconcertantes y generar incomodidad.

Medidas para mitigar las consecuencias psicológicas

Organización

La organización es crucial para reducir la incertidumbre. Voluntarios y profesionales deben contar con un plan claro sobre cómo actuar, lo que les permite tener la certeza de que están haciendo su parte en la ayuda. Además, es importante ofrecer a las familias información constante sobre la evolución de la situación, incluso si no hay novedades importantes. Las víctimas también deben recibir la mayor cantidad de información posible sobre las medidas que se tomarán y las previsiones ante la emergencia.

Descanso

Todos los involucrados en la emergencia, ya sean víctimas, voluntarios o profesionales, necesitan momentos de desconexión y descanso para mantener su capacidad de juicio y concentración. Aunque pueda generar culpa, es importante permitirse descansar para continuar con las tareas cuando sea necesario.

Rotación de tareas

Algunas áreas de trabajo son más exigentes emocionalmente y físicamente que otras. Es fundamental que los voluntarios y profesionales puedan rotar entre diferentes tareas para evitar el agotamiento físico y emocional. Esto asegura que todos los involucrados puedan seguir trabajando de manera eficiente.

Reconocimiento del estrés

Es esencial que voluntarios y profesionales reconozcan las señales de estrés en sí mismos y comprendan cuándo es necesario hacer una pausa. Ignorar estos síntomas puede generar consecuencias más graves, tanto para la salud emocional como para la capacidad de intervención en la emergencia.

Comunicación abierta

Es importante que los profesionales, voluntarios y afectados puedan hablar abiertamente sobre sus emociones. Aunque muchas personas quieren mantener una fachada fuerte, reconocer que también son vulnerables y necesitan apoyo es crucial. La comunicación abierta con compañeros, familiares y profesionales es clave para gestionar el estrés y la presión emocional.

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