Mobbing: Acoso laboral silencioso

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El mobbing, o acoso laboral, es una práctica de hostigamiento ejercida por uno o varios compañeros hacia una persona en el lugar de trabajo. Algo así como el bulling, que se limita al ambiente escolar, con la finalidad de que la víctima no pueda continuar y renuncie a su puesto de trabajo.

Como con cualquier tipo de acoso, no hay una causa que justifique por qué una persona está siendo el foco de los agravios, sin embargo, la envidia y los prejuicios suelen ser las principales motivaciones para los agresores. Se pueden distinguir tres tipos de mobbing en función de la posición desde la que se ejerce.

Tipos de mobbing

  • Descendente: Alguien que está jerárquicamente por encima ejerce esta presión, normalmente aprovechando el poder que tiene frente a la otra persona y el miedo de esta a denunciar lo que ocurre.
  • Horizontal: Es el que se da entre compañeros, de forma que pueden entorpecer el trabajo de alguien, llevarse sus méritos, extender rumores o directamente menospreciar o amenazar a la víctima.
  • Ascendente: En este caso son los subordinados los que acosan al jefe o persona responsable. Suele pasar en casos de ascenso reciente, cuando no existe un respeto o conformidad ante que esta persona ocupe el puesto y con el objetivo de que renuncie a ello.

Consecuencias

  • Ansiedad. Al percibir como peligroso el entorno de trabajo y no encontrar las herramientas necesarias para afrontarlo. Esto implica somatizaciones, cansancio, trastornos del sueño y/o nervios constantes.
  • Depresión. Dado que es una situación que suele comenzar de forma paulatina, genera la sensación de estar atrapado e indefenso dentro de esta dinámica y de que ya no puede cambiar.
  • Frustración. Normalmente esta práctica consigue que el trabajo de la víctima no sea visto y/o recompensado como se debería o, incluso, que no lo pueda sacar adelante.
  • Baja autoestima. Como cualquier tipo de acoso o maltrato, invita a la víctima a buscar razones por las cuales está siendo tratada así, es un mecanismo de defensa que ayuda a mantener la sensación de control, pero tiene mayores consecuencias con el tiempo.
  • Culpa. Suele darse cuando el trabajador se da cuenta de lo que está ocurriendo y piensa que no ha hecho nada para pararlo ni sabe cómo hacerlo ahora.
  • Pensamientos suicidas. No se da en todas las situaciones, pero puede ser resultado del mantenimiento de esta situación por un largo periodo.
  • Pérdida de confianza en los demás. Al no entender la motivación de los agresores en el área de trabajo, puede llevar a pensar que todas las personas son peligrosas o no de confianza.
  • Problemas familiares o sociales. Un bajo estado de ánimo y ansiedad elevada genera consecuencias en nuestra forma de afrontar las situaciones del día a día. Al sentirnos vulnerables en el trabajo, podemos actuar de la forma contraria en casa o con nuestros amigos. Además, la sensación de fracaso, culpa o vergüenza puede generar aislamiento.
  • Consecuencias económicas. Es probable que finalmente, esta situación lleve a la victima a dejar su trabajo y buscar o incorporarse a otro le puede suponer una gran dificultad debido a los miedos desarrollados.

Como protegerse

En el caso de detectar que algo así se está dando en tu entorno de trabajo o que te puede estar ocurriendo a ti mismo, es importante actuar lo antes posible para que la situación no se agrave y las consecuencias empeoren.

  • Hablar con Recursos Humanos. Si no existe un departamento específico, lo conveniente es hablar con alguien que esté por encima del agresor en la jerarquía. Deben existir protocolos para estos casos en todas las empresas.
  • Contar con la red social. Nuestra familia y amigos son personas que nos conocen y nos quieren. No debemos sentirnos avergonzados sino verlos como personas que nos pueden apoyar, dar diferentes puntos de vista o incluso ideas para afrontar o salir de esta situación.
  • Ayuda psicológica. En el caso de estar sufriendo las consecuencias de este problema, es posible que se necesite ayuda de un profesional para recuperar la confianza en uno mismo y cerrar las heridas que nos haya podido dejar este episodio.

Desde Alysa Psicología contamos con psicólogas preparadas para ayudar en estas situaciones y acompañarte en el proceso de recuperación.

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